*Durante más de dos décadas de experiencia como luchador profesional, se convirtió en una leyenda que transmite su experiencia a los nuevos talentos veracruzanos que acuden a la Arena Coliseo Veracruzano de la ciudad de Veracruz
Inés Tabal G.
Veracruz, Ver.- Seis jóvenes escuchan atentos las instrucciones de su entrenador. Un hombre de 1.60 metros de estatura se planta firme ante ellos y observa cada pirueta, movimiento y acción que realizan sobre este cuadrilátero donde entrenan las próximas estrellas de la lucha libre jarocha.
Espectrito Jr. porta una máscara verde con detalles negros que rodean los ojos y boca, con la que cubre su identidad. Así entrena a los nuevos talentos veracruzanos que cada tarde acuden a la Arena Coliseo Veracruzano de la ciudad de Veracruz.
Las más de dos décadas de experiencia como luchador profesional le han servido a esta leyenda para capacitar y dar consejos a las próximas figuras de este deporte. Su historia en la lucha libre comenzó a muy temprana edad. A los 11 años fueron sus primeros entrenamientos y a los 12 debutó en la categoría amateur.
“Desde ahí empiezo mi caminar en la lucha libre. Me voy a la Ciudad de México y entro a la empresa AAA. Ahí el licenciado Antonio Peña, en paz descanse, se fija en mí y decide darme el nombre de Espectrito Jr.”, cuenta.
Fue en el año 2000 que Espectrito emprendió un camino en este deporte profesional de las grandes ligas. Pese a los retos que representaba para los luchadores amateurs destacar en esta disciplina, logró entrar a una de las empresas más reconocidas de México: la AAA.
Ahí comenzó su ascenso a la gloria, los viajes para competir en otros estados y la fama que ganó, durante los años que estuvo dentro de la empresa, le sirvieron para hacerse de una reputación entre los luchadores profesionales y en su ciudad.
Tuvo combates con diferentes figuras destacadas en la categoría mini como mini Abismo, Mascarita Sagrada, Octagóncito, La Parquita entre muchos otros.
“Yo te puedo decir que lo que viví en AAA fue algo muy placentero, mu emotivo. Gracias al licenciado que me dio la oportunidad viajamos toda la República Mexicana y sabemos que traemos un nombre, dentro de la lucha libre, muy reconocido y tenemos que estar al nivel de ese nombre, porque no cualquiera”, agrega.
En el 2005 se retiró de los cuadriláteros profesionales y decidió regresar a Veracruz. Con la experiencia que ganó durante todos los años de lucha libre ahora pasa sus días entrenando a los nuevos talentos.
Hace 5 años que realiza este trabajo, rodeado de jóvenes que apenas empiezan y que, como él alguna vez los tuvo, tienen el deseo de destacar y llegar a las grandes empresas de lucha mexicana.
“Te puedo decir que me siento muy a gusto entrenando a los jóvenes. Sé que lo que estoy haciendo es algo para bien y yo prefiero tenerlos entrenando aquí y no que los niños anden a fuera con los vicios. Haciendo cosas que no deben de hacer, sino que hagan algo productivo”, concluye.
